Toques de Pelota Tropical

A partir de hoy y por el resto de la temporada del béisbol tropical dedicaré los martes a trabajar detalladamente la actuación de los Toros del Táchira, mientras que los lunes, como hoy, opinaré un poco acerca de los propios Toros y el resto de la Liga. *** El equipo tachirense tuvo una semana para el olvido, apenas pudieron ganar par de encuentros de seis, debido a que erraron desde todo punto de vista. Se cayó el pitcheo abridor (sólo uno de la rotación pudo completar cuatro entradas); el relevo no contuvo nada (a excepción de Erick Arteaga quien trabajó 11 entradas sin permitir carreras) y ahora por supuesto está cansado; el bateo se vino a menos y la defensa incurrió en costosos errores, sobre todo Saúl Torres quien en 11 encuentros lleva siete pecados en el short stop, cinco en la semana. *** El manager de los Toros del Táchira Carlos Quintana le cuesta un mundo tomar decisiones drásticas en cuanto a movimientos ofensivos y defensivos, como estabamos esperando movió a Torres a la primera almohadilla, en donde sigue siendo un peligro, entiendo que la ofensiva de este jugador es importante, pero es que definitivamente su defensa opaca cualquier actuación ofensiva por más productiva que sea. Pero ese no es el único error de Quintana, otro que me parece garrafal es que se empeña en ubicar en el primer turno de su line up a un jugador con promedio de embasado en 277 cuando ya van 13 encuentros. Por otro lado como manager es exageradamente parco, no reclama nada y no estamos pidiendo que se haga botar de los encuentros pero si que defienda a sus jugadores, hemos visto casos en donde hay discusiones con los arbitros y son los propios jugadores quienes salen a separar a sus compañeros, mientras Quintana permanece sentado y docil. *** Mención especial para Ramón Castro en lo que va de torneo, su nivel da valor a esta Liga que recién nace. El infielder, que lamentablemente está fuera del béisbol organizado por un año, por presunto consumo de esteroides, no para de batear y Aunque Michael Sandoval ha sido declarado el capitán del equipo taurino, Castro es sin duda el caballo. Lo que más me ha agradado es su paciencia en el home y su dispocisión a jugar cualquier posición del cuadro interior. *** Llegó Luis Landaeta y tendrá que jugar en los jardines por la lesión que sufriera este viernes René Reyes, quien estará al menos una semana por fuera. Landaeta será tercer bate. *** Vi en Ciudad Bolívar un pimientoso jugador de nombre Limber Marín (creo que era o es ficha de Magallanes), realmente me agradó, tanto defensivamente como ofensivamente, me parece que está hecho para jugar regularmente en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, al menos en las primeras semanas. *** Volviendo un poco con el pitcheo de Toros hay que hablar de sus relevistas, forzados a trabajar un promedio de siete entradas por juego en la semana. Tanto ha sido el fracaso del pitcheo abridor que el manager Quintana debe estar pensando en darle la bola desde el inicio a Erick Arteaga, quien se presumía iba ser el cerrador, pero es que hasta ahora no se ha generado ninguna oportunidad de salvar y este portentoso lanzador es el único que ha respondido entre todos, abridores y relevistas. *** Pumas lidera la Liga Tropical a punta de batazos y es que este campeonato definitivamente parece que lo va a ganar quien conecte con más consistencia, hasta ahora los lanzadores, salvo contadas excepciones han recibido leña pareja y no hay señales de cambio. *** En el mercado hay varios jugadores disponibles para jugar, la gerencia de Toros se mueve en busca de Juan Carlos Pulido y Eduardo Ríos, dos jugadores que acaban de regresar de México y que vendrían a reforzar este naciente campeonato. *** Por último y en observación a los amigos de la Liga, deben tener cuidado en la escogencia de los arbitros, en Bolívar vimos que estos jueces del campo trabajan con mucha inseguridad, dejándose reclamar de todos los jugadores, sin poner orden, pero es que pareciera que estuvieran concientes de sus carencias y se dejan intimidar y persuadir por cualquiera, situación que empaña cualquier juego de pelota.