Nos callaron la boca y pueden seguir
Con un equipo compacto, fundamentalista, veloz y de buen pitcheo llegaron los cubanos al Clásico Mundial de Béisbol. A pesar de estos notables atributos pocas personas creían (entre ellas me encuentro) en la capacidad de los cubiches para acceder a las instancias finales, pero ellos se empeñaron dentro del diamante de callar las bocas de todos sus detractores.
Lo que hacía dudar a la opinión pública internacional sobre el nivel de los cubanos era que sus jugadores a parte de participar en torneos mundiales de nivel amateur no tenían mayor experiencia que la Serie Nacional de su país, mientras equipos como Dominicana, Estados Unidos, Japón, México y Venezuela, tenían a importantes figuras en el llamado mejor béisbol del mundo, el de las Grandes Ligas.
Ese poco roce junto a ejemplos de jugadores cubanos que desertaron e intentaron figurar en las Grandes Ligas o en el béisbol japonés sin poder lograrlo (salvo a excepciones como José Contreras, y los hermanos Liván y “El Duque” Hernández) sirvieron, entre otras cosas, para hacerse una idea de lo que podía pasar con el equipo cubano cuando enfrentara a una novena plagada de estrellas de ligas profesionales.
Pero los cubanos junto a japoneses y coreanos se tomaron bien en serio este mundial y cuando hablo de en serio, quiero decir, que se concentraron con meses de anticipación para ponerse en forma, teniendo entre otras cosas, más juegos de exhibición que el resto de los equipos participantes. De esta manera han sorprendido a propios y extraños y ahora están a un triunfo de titularse.
Pero hay que aclarar que los cubanos no son jugadores amateurs que se pusieron de acuerdo hace unos meses para participar en este mundial, por la sola dicha de participar. Los cubanos son jugadores profesionales, y no tengo ninguna duda de que eso sea así, que ya tienen tiempo conociéndose, como ninguna otra selección. Son profesionales, porque se dedican todo el año a pulir sus dotes, ya sea en la Serie Nacional o en torneos internacionales amateurs en donde arrasan.
Por eso a pesar de que se han convertido en una sorpresa, no debe sobredimensionarse el éxito de los cubanos, como una hazaña, porque no lo es. Ellos iniciaron el mundial como favoritos para acceder a la segunda ronda, como realmente sucedió, lo que no se esperaba era que pasara a las instancias finales, porque su béisbol estaba, según parecía y está, según me parece, un escalón más bajo que el de Dominicana, Venezuela y Estados Unidos.
Mañana los cubanos pueden terminar ganando el mundial, si vencen a unos duros japoneses, sí eso llegase a suceder, seguramente muchas personas pensarán que los de Cuba son los mejores del mundo, pero definitivamente eso no puede ser tomado de tal manera. Porque aunado a que este mundial se hizo en una época en la cual los jugadores entrenan para tomar mejor forma de cara a la temporada de Grandes Ligas, no hay que olvidar tampoco, que fueron apenas ocho juegos y en series cortas cualquier cosa puede pasar, ejemplos hay de sobra.
Para comentar un poco sobre la final de mañana, Cuba llega con un promedio ofensivo de .283/.367/.404, sus jugadores han sacado la pelota del parque en seis oportunidades, han impulsado 35 carreras y han anotado en 38 oportunidades, a pesar de que muchos hablan de que es un equipo veloz, los cubanos apenas han robado en tres oportunidades. Sus rivales de Japón presentan mejor promedio ofensivo .314/.389/.500, el mejor del torneo, también son los número uno en cuadrangulares (10) impulsadas (47) y anotadas (50) y por si fuera poco también son los más veloces (12 bases robadas).
En cuanto al pitcheo los cubanos presentan la séptima mejor efectividad del torneo (3.57) sus lanzadores han ponchado a 44 rivales en 63 episodios y tienen un Whip nada envidiable de 1.44. Por su parte, los japoneses presentan la tercera mejor efectividad (2.11), poncharon a 53 y tienen un gran Whip de 0.87.
Hay que aclarar algo, estás estadísticas pueden decir mucho o muy poco, porque estos equipos se enfrentaron a rivales distintos. Los cubanos a pesar de llegar con menores argumentos ofensivos y de pitcheo son jugadores aplicados a los fundamentos del juego (los japoneses también), poco se les ve errar en jugadas de rutina y saben sacarle provecho a los errores rivales, así que después de todo lo que han hecho es mejor reservarse un pronóstico. No hay más que decir, solo queda esperar quien será el campeón de este primer Clásico Mundial, yo por mi parte veo un partido cerrado de pocas carreras y pocos errores, esos que llaman mentales.
Lo que hacía dudar a la opinión pública internacional sobre el nivel de los cubanos era que sus jugadores a parte de participar en torneos mundiales de nivel amateur no tenían mayor experiencia que la Serie Nacional de su país, mientras equipos como Dominicana, Estados Unidos, Japón, México y Venezuela, tenían a importantes figuras en el llamado mejor béisbol del mundo, el de las Grandes Ligas.
Ese poco roce junto a ejemplos de jugadores cubanos que desertaron e intentaron figurar en las Grandes Ligas o en el béisbol japonés sin poder lograrlo (salvo a excepciones como José Contreras, y los hermanos Liván y “El Duque” Hernández) sirvieron, entre otras cosas, para hacerse una idea de lo que podía pasar con el equipo cubano cuando enfrentara a una novena plagada de estrellas de ligas profesionales.
Pero los cubanos junto a japoneses y coreanos se tomaron bien en serio este mundial y cuando hablo de en serio, quiero decir, que se concentraron con meses de anticipación para ponerse en forma, teniendo entre otras cosas, más juegos de exhibición que el resto de los equipos participantes. De esta manera han sorprendido a propios y extraños y ahora están a un triunfo de titularse.
Pero hay que aclarar que los cubanos no son jugadores amateurs que se pusieron de acuerdo hace unos meses para participar en este mundial, por la sola dicha de participar. Los cubanos son jugadores profesionales, y no tengo ninguna duda de que eso sea así, que ya tienen tiempo conociéndose, como ninguna otra selección. Son profesionales, porque se dedican todo el año a pulir sus dotes, ya sea en la Serie Nacional o en torneos internacionales amateurs en donde arrasan.
Por eso a pesar de que se han convertido en una sorpresa, no debe sobredimensionarse el éxito de los cubanos, como una hazaña, porque no lo es. Ellos iniciaron el mundial como favoritos para acceder a la segunda ronda, como realmente sucedió, lo que no se esperaba era que pasara a las instancias finales, porque su béisbol estaba, según parecía y está, según me parece, un escalón más bajo que el de Dominicana, Venezuela y Estados Unidos.
Mañana los cubanos pueden terminar ganando el mundial, si vencen a unos duros japoneses, sí eso llegase a suceder, seguramente muchas personas pensarán que los de Cuba son los mejores del mundo, pero definitivamente eso no puede ser tomado de tal manera. Porque aunado a que este mundial se hizo en una época en la cual los jugadores entrenan para tomar mejor forma de cara a la temporada de Grandes Ligas, no hay que olvidar tampoco, que fueron apenas ocho juegos y en series cortas cualquier cosa puede pasar, ejemplos hay de sobra.
Para comentar un poco sobre la final de mañana, Cuba llega con un promedio ofensivo de .283/.367/.404, sus jugadores han sacado la pelota del parque en seis oportunidades, han impulsado 35 carreras y han anotado en 38 oportunidades, a pesar de que muchos hablan de que es un equipo veloz, los cubanos apenas han robado en tres oportunidades. Sus rivales de Japón presentan mejor promedio ofensivo .314/.389/.500, el mejor del torneo, también son los número uno en cuadrangulares (10) impulsadas (47) y anotadas (50) y por si fuera poco también son los más veloces (12 bases robadas).
En cuanto al pitcheo los cubanos presentan la séptima mejor efectividad del torneo (3.57) sus lanzadores han ponchado a 44 rivales en 63 episodios y tienen un Whip nada envidiable de 1.44. Por su parte, los japoneses presentan la tercera mejor efectividad (2.11), poncharon a 53 y tienen un gran Whip de 0.87.
Hay que aclarar algo, estás estadísticas pueden decir mucho o muy poco, porque estos equipos se enfrentaron a rivales distintos. Los cubanos a pesar de llegar con menores argumentos ofensivos y de pitcheo son jugadores aplicados a los fundamentos del juego (los japoneses también), poco se les ve errar en jugadas de rutina y saben sacarle provecho a los errores rivales, así que después de todo lo que han hecho es mejor reservarse un pronóstico. No hay más que decir, solo queda esperar quien será el campeón de este primer Clásico Mundial, yo por mi parte veo un partido cerrado de pocas carreras y pocos errores, esos que llaman mentales.